Copia de la página tractor foro activo.com
El blog Alhaurin su Historia, ha
decidido recordar el Alhaurin de los años cincuenta del siglo XX, no olvidar
nuestro pasado. En breves artículo se
recreará la vida de los alhaurinos de la época.
La vida en Alhaurin transcurría como
en cualquier pueblo de Málaga, trabajaban la tierra, criaban sus animales,
recolectaban los cereales, cultivaban la hortaliza, recogían los frutos;
practicaban “El TRUEQUE” (Cambiaban su productos entre ellos) y se ayudaban con “EL TORNAPEÓN” (se cambiaban jornales no corría el dinero)
Los jornaleros del campo con una economía
de subsistencia; Cazorla escribió que el 1% de la población de Málaga, era la
clase alta; el 32% la clase media; y el 67% clase baja.
El término de Alhaurin con sus 72.
Km2, sus fértiles tierras, infinidad de fanegas de olivos, higuerales,
membrillo, vid, encinas, algarrobos. En definitiva una comunidad de
minifundios, vivían felices a pesar de la escasez de algunos productos.
No pensaron que las
máquinas revolucionaría el campo, llegó la moto azada, la cegadora, que
raspaba el rastrojo arrasaba los nidos; amarraba
las gavillas, depositaba el trigo en sacos “Por fin el
progreso”. Las eras empedradas rodean los pueblos dejaron de tener
utilidad, lo mismo que la trilla, la criba, las medidas (media fanega), las
horcas las palas el viergo.
Tuvieron que convertir la vereda en camino, para que pasase la máquina. ¡Llegó el ruido al
“lugar”! A partir de ahí Los
campesinos dejaron de arrastrarse detrás del arado romano, tirado por yuntas de
mulos; ya no necesitaba la faja para
proteger el riñón. Ni las alpargatas con suela de caucho que cubre la planta del pie, amarraba con cuerdas sobre el empeine el
tobillo.
Renunciando a los leguis (Especie
de media calza, hecha de cuero, que cubre la pierna hasta la rodilla) el
mandil, (de cuero o tela recia, atado a la cintura, con perneras abiertas por
detrás que se atan a la pierna para
resguardar el traje).
El pañuelo de la cabeza y el sombrero de paja lo cambiaron por la gorra, sobraba el jocinos (hoz) la
chapulina (azada) y por supuesto el arado la vertedera. El yugo con el sudor de la
caballeriza, quedó colgado en las paredes de los patios.
Pero pensándolo mejor con el dinero
de la venta de animales y sus fincas; cambiaban
la cocina de leña de siempre su llares (Fogón de la cocina).y su antosta (techo
desprendido por el calor) por el gas butano, y los pucheros de barro, que
borbollaban (hervía) en la lumbre; por la olla a presión de acero inoxidable.
Comprendieron que las
máquinas sustituirían a los animales, empezaron a venderlos o al matadero para
su sacrificio, las cuadras se quedaban vacías lo mismo que las corraletas
(pocilga) donde criaban el guarro (cerdo) hasta su sacrificio; las autoridades
prohibieron su matanza necesitaban al veterinario. Las calles quedaban limpias
de cagajones, y cagarruta.
Los campesinos se resignaron,
las máquinas les habían sustituido a ellos y a sus hijos de las labores del
campo, con pocas máquinas venidas de fuera
y un hombre mantenían el campo. Lo mejor
vender la finca completa o trozos.
Les quedaba emigrar ciudad, podían encontrar trabajo; se les cerraban los caminos;
Empezó la emigración para familias alhaurinas.
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1 Octubre 2017 texto Cristóbal
González Ramírez