Entremeses variados.
Las recetas de
Cristóbal
Receta nº 1
No, se preocupen no voy a convertirme en cocinero, ni tan
siquiera en panadero no tengo tiempo para comenzar el estudio y puesta en práctica
de tan noble artes, lo que si pretendo dese este modesto blog, con algo más de
años de historia, es promover mediante el empleo de unos condimentos adecuados,
aderezados con una pizca de humor unos granos de historia y unas cuantas
hierbas aromáticas, el cariño por la historia, las anécdotas y los
chascarrillos que forman parte de nuestra cultura popular tan injustamente
olvidada y aparcada en el olvido colectivo. A modo de entremés teatral me
permito comenzar estas recetas para caminantes curiosos lectores avispados y
todo aquel o aquella que desee ver el teatro político de la vida de una manera
sencilla y algo relajada. Si lo consigo me daré por satisfecho, en caso
contrario al menos con la lectura de las recetas de Cristóbal habremos pasado,
eso espero, un rato agradable. Gracias a todos.as Hoy Cristóbal se acerca a la
plaza de la Legión y observa a un hombre que esta fijamente mirando al suelo
cerca de un árbol .-Buenas tardes. Le dice Cristóbal a la estática figura.
.-Buenas tardes. Le contesta educadamente el desconocido visitante. .- ¿Se le
ha perdido algo? Le pegunta Cristóbal tratando el también de mirar hacia el
suelo de una esquina del parque. Pero el desconocido sigue mirando
tranquilamente imperturbable. Cristóbal continúa con la conversación. .- Vera
hace tiempo que había aquí una oficina de turismo y junto a ella estuvo el
mercado municipal .Ya ha pasado mucho tiempo desde entonces. ¿Puedo ayudarle en
algo? Silencio ambos de miran y entonces el desconocido le dice, .-Vera, me han
contratado para resolver este extraño caso. Hace unos años me aseguran, y tengo
la fotografía que lo demuestra aquí había un monolito de un tal Gerald Brenan y
como usted puede ver ya no está. A lo que Cristóbal contesta. .- ¿Y viene usted
desde expediente X? A lo que el hombre le contesta: No en realidad me llamo
Holmes Sherlock Holmes. ¡Ah ¡¿usted es el famoso investigador de sucesos
extraños? .-Así es. Le dice con cara de orgullo profesional. .-Pues espero que
tenga suerte, adiós. Cristóbal se aleja y contempla como el investigador sigue
buscando con su famosa lupa el desaparecido monolito. La escena que en realidad
no tuvo lugar pertenece al imaginario personal de su autor. Pero lo que
pertenece a la historia viva del pueblo, es que allí, había un monolito de unos
120 kg de peso, y que ahora ya no está. “Estamos manteniendo contacto con el
programa Cuarto Milenio, por si pueden echarnos una mano en este misterioso
caso”.