Texto copiado documento que dejó D.
Diego Fernández que queda en la Secretaría de la Cámara y Real Patronato de Madrid Octubre de 1794.
La llegada de D. Diego Fernández
Medina Segredo,
como Cura a la Parroquia de Santa María de la Encarnación de Alhaurin el
Grande; la encontró en mal
estado, abandona, insalubre, en su
interior enterraban los difuntos, D. Diego acomete a su costa las reformas
necesaria para el buen decoro y habitabilidad del templo para el culto, España sufría una epidemia desde 1870 a 1878, decenas los fallecidos alhaurinos, ante tal panorama entrega una propiedad lindera a la Parroquia
como cementerio y huesario. Ante el Decreto de Carlos III Rey de España que prohíbe
enterramientos en el interior del
templo.
Acomete el solado de la Iglesia con mármol, manda
hacer las barandas, rejas de hierro del Altar y Capilla del Sagrario menor, una llave de plata, colocó las cortinas,
cenefa de sedas, acometió las obras de la grada, adornado con dos Ángeles de
madera pintados en plata, coloca cristales
alambres dorados; pinta el
Púlpito y puerta de la sacristía; un Monumento y Arca pintado dorado para la
Semana Santa; Altar y Retablos de San
Cayetano, renueva la pintura de la
imagen de Santa Teresa de Jesús y Trono de Nuestra Señora de la Concepción, que
se veneraba en el Altar del Carmen, construye la escalera de acceso a la
tribuna, órgano, cedió dos hermosas pinturas y cuadros de Nuestra Señora de
Belén y del Apóstol San Pedro.
A
final del siglo XVIII por
fin se ve terminada y decorada la Iglesia de la Encarnación; siendo Rey de España Felipe II,
comienza la construcción de la Iglesia, hasta final S.XVIII, cuando por fin el culto
empieza en el interior del la Iglesia así como las reuniones y decisiones de los vecinos, que anteriormente
se reunían en la Iglesia de San Sebastián, en ella se debatió la decisión de
compra de la jurisdicción de Alhaurin y el Pleito de Alhaurin contra el Conde
de Frigiliana.
30 Diciembre 2015 texto
Cristóbal González Ramírez